¿Cómo influyen los mensajes publicitarios en los consumidores?

¿Cómo influyen los mensajes publicitarios en los consumidores?
La publicidad es capaz de influir en los gustos de los consumidores

Los mensajes publicitarios influyen en los consumidores de muchas maneras. Hay tres formas principales en las que los mensajes publicitarios pueden influir en los consumidores: cambiando sus actitudes, cambiando sus creencias y cambiando sus comportamientos.

Cambiando las actitudes

Los mensajes publicitarios pueden cambiar las actitudes de los consumidores sobre el producto o servicio anunciado. Esto sucede cuando un anunciante crea un mensaje que apela a los valores, el estilo de vida o la imagen de sí mismo del consumidor. Un ejemplo sería un mensaje que enfatiza cómo la compra de una determinada marca de automóvil te ayudará a sentirte como una persona realizada y respetada por los demás.

Cambiando las creencias

Los anunciantes también pueden cambiar las creencias de los consumidores sobre un producto o servicio mostrándoles pruebas de que el producto es útil o eficaz. Por ejemplo, si vendieras sistemas de seguridad para el hogar y quisieras convencer a la gente que debería comprar tu sistema en lugar del de otra marca, podrías mostrar al público estadísticas sobre la frecuencia con la que han entrado en otras empresas y la frecuencia con la que tu empresa ha protegido contra los robos. Esto demostraría a los consumidores que tu empresa hace bien su trabajo y que, por tanto, mereces que contraten tus servicios.

Cambiando los comportamientos

También los anunciantes pueden cambiar el comportamiento de los consumidores hacia la compra de determinados productos o servicios mediante la exposición repetida a los mensajes publicitarios. Este fenómeno se denomina "principio de familiaridad".

Cuanta más publicidad veamos, más familiarizados estaremos con determinadas marcas y logotipos, lo que significa que cuando necesitemos algo, nuestra mente se dirigirá automáticamente a esas marcas en primer lugar. Esto puede ocurrir incluso si nunca hemos probado ningún producto de esa marca.

Influyendo en los consumidores

Y lo hacen apelando a las emociones del consumidor o utilizando palabras, imágenes e ideas persuasivas para convencerle de que necesita y quiere esos productos.

La publicidad también funciona a nivel inconsciente

Cuando vemos o escuchamos mensajes publicitarios una y otra vez, empezamos a asociarlos con determinados productos o marcas. Esto se llama "branding" y es una forma muy poderosa de que las empresas nos persuadan para que compremos sus productos sin que nos demos cuenta.

Otra forma en que los mensajes publicitarios pueden influir en los consumidores es comunicando indirectamente su mensaje a través de asociaciones con otros productos o marcas. Por ejemplo, si un anunciante quiere vender su producto como algo moderno y a la moda, puede mostrarlo en una escena en la que otras personas modernas lo utilizan.

O si quiere vender la idea de que su producto mejorará tu vida, puede mostrar a alguien usándolo mientras suena música alegre de fondo. Esto se conoce como mensajes implícitos, porque están implícitos en lugar de estar explícitamente declarados en un anuncio de ese producto o marca.

La publicidad no siempre tiene mala intención

Cuando pensamos en la publicidad, es fácil suponer que las personas que están detrás de los anuncios intentan vendernos algo y que deberíamos ser conscientes de ello.

Pero en realidad no es así: en principio los anunciantes no intentan engañarnos para que compremos cosas que no necesitamos, sino que intentan asegurarse de que conozcamos lo suficiente su producto para que, cuando decidamos comprarlo, elijamos el suyo y no el de otro.

Piénsalo así: si todo el mundo sabe cuál es tu producto y lo bueno que es, y pueden comprarlo fácilmente en otro sitio, ¿por qué se van a molestar en comprártelo a ti? Así que la publicidad consiste en asegurarse de que la gente sepa lo que hace su producto y lo increíble que es, pero también que sepan lo mejor que es su producto en comparación con los demás.

Así que, aunque los mensajes publicitarios no siempre son 100% verdaderos (y a veces son francamente falsos), siguen cumpliendo una importante función al ayudar a los consumidores a tomar decisiones sobre qué productos son los mejores para ellos.