Ralentización en el consumo de México: ¿Qué impacto tendrá en la economía y los consumidores?

Ralentización en el consumo de México: ¿Qué impacto tendrá en la economía y los consumidores?
La inflación y la "cuesta de enero" afectan la decisión de los consumidores

El indicador mensual de consumo de México ha experimentado una ralentización en los últimos meses, de acuerdo con los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) señala que el consumo privado en el mercado interno registró un incremento mensual de apenas 0.1% en enero de 2023, una tasa inferior al 0.5% reportado en diciembre de 2022.

Además, el IOCP estima una variación a tasa anual del Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) de 3.2% para diciembre de 2022, mientras que para enero de 2023 se calcula un alza anual de 2.9%, la más baja desde marzo de 2021.

La inflación y la "cuesta de enero" afectan la decisión de los consumidores

La llamada "cuesta de enero" ha sido un factor que ha incidido en las decisiones de los consumidores, ya que la inflación general repuntó al inicio de este año. El Índice Nacional de Precios al Consumidor registró una inflación anual de 7.91% en enero de 2023, la más alta en 22 años. Esto ha provocado que los agentes económicos ajusten sus necesidades y se mantengan cautelosos en cuanto a sus gastos.

Consecuencias negativas para la economía y los consumidores

Esta ralentización en el consumo podría tener efectos negativos en la economía de México. El consumo privado es uno de los principales motores de la economía mexicana y su desaceleración podría afectar el crecimiento económico del país. Además, el menor consumo podría repercutir en la producción y las ventas de las empresas, lo que a su vez podría generar una reducción en el empleo y en la inversión.

Por otro lado, los consumidores podrían verse perjudicados por la ralentización en el consumo, ya que esto podría afectar su poder adquisitivo y su calidad de vida. Si las personas reducen su gasto, podrían disminuir su nivel de bienestar, lo que a su vez podría tener consecuencias sociales y políticas.

¿Una respuesta prudente a la situación económica actual?

Si bien los datos muestran un incremento en el consumo privado en el mercado interno, este aumento es muy moderado y se encuentra por debajo de las expectativas, lo que sugiere que los consumidores podrían estar tomando decisiones más conservadoras en cuanto a sus gastos y preferir ahorrar en lugar de gastar.

Además, el hecho de que la inflación haya repuntado podría afectar la capacidad de compra de los consumidores y hacer que sus ingresos se sientan más limitados, lo que también podría desincentivar el gasto y hacer que los consumidores sean más cuidadosos al momento de tomar decisiones de compra.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ralentización en el consumo también puede ser una respuesta prudente a la situación económica actual. La inflación ha afectado los precios de los productos y servicios, lo que ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores. Por lo tanto, una disminución en el consumo podría ser una forma de proteger su economía personal y evitar un mayor endeudamiento.