La mortal adicción al azúcar en México

La mortal adicción al azúcar en México
Está comprobado que el azúcar es tan adictiva como las drogas

El consumo de azúcar en México es un grave problema. Cada día, millones de personas consumen esta sustancia que puede causar graves problemas de salud, como la obesidad y la diabetes. A pesar de que hay muchos estudios científicos que demuestran los efectos negativos del azúcar en el ser humano, se sigue utilizando en nuestra vida cotidiana.

Empecemos por el hecho de que el azúcar está en todas partes. Se puede encontrar en paquetes de ketchup en los restaurantes de comida rápida o en rebanadas de pan envueltas en plástico en los supermercados. Incluso está escondido en alimentos aparentemente saludables como el yogur y el zumo de frutas. El azúcar está tan presente en nuestra dieta que la mayoría de la gente ya ni siquiera se da cuenta de que lo está comiendo.

Y ese es parte del problema: como nos hemos acostumbrado tanto a consumir azúcar a diario, hemos dejado de pensar en la cantidad que realmente estamos ingiriendo, o en lo malo que puede ser para nosotros.

El azúcar es adictiva… igual que las drogas

La Organización Mundial de la Salud considera el azúcar como una sustancia adictiva, al punto que desde hace algunos años ha insistido en que todo el mundo debería reducir su ingesta.

El azúcar puede causar el mismo tipo de dependencia física y psicológica que la cocaína y la heroína, ya que activa en el cerebro los mismos neuro receptores, con lo cual, cada vez está más claro que el azúcar es una de las sustancias más adictivas del mundo.

La razón por la que el azúcar es tan difícil de dejar es que nuestros cerebros han evolucionado para desearlo, al igual que desean la grasa o la sal.

El problema es que, a diferencia de otros animales, los humanos nos hemos acostumbrado a comer muchos alimentos procesados con alto contenido de azúcares refinados (como los cereales y las galletas) que contienen muchas más calorías de las que nuestro cuerpo necesita.

El azúcar es esencialmente una sustancia que estimula el centro del placer del cerebro y lo inunda de dopamina -lo que hace que te sientas bien- y luego te deja con ganas de más. Este patrón puede ser muy difícil de romper, sobre todo porque los distintos tipos de azúcares activan diferentes áreas del cerebro (por ejemplo, la fructosa estimula más los centros de recompensa que la glucosa).

Para empeorar las cosas, cuando comes muchos carbohidratos refinados, como el pan blanco o el arroz blanco, que son fáciles de convertir en glucosa (un tipo de azúcar), estos carbohidratos pueden desencadenar la producción de insulina del páncreas.

¿Qué lugar ocupa México en el consumo de azúcar?

México ocupa el tercer lugar del mundo en consumo de azúcar, y no es de extrañar que la tasa de obesidad del país sea también una de las más altas del mundo. De hecho su consumo ha aumentado drásticamente en los últimos años, al punto que el 80% de la población mexicana consume azúcar en exceso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos consuman como máximo entre 5 y 6 cucharaditas de azúcar al día, mientras que los niños no deben superar las 4 cucharaditas.

Las principales razones de este consumo excesivo son:

-Campañas publicitarias y de mercadotecnia por parte de las empresas que venden productos que contienen altas cantidades de azúcar.

-Falta de educación sobre hábitos alimenticios saludables.

-Aumento del gasto de los consumidores debido a los bajos precios en productos azucarados.

-Estilos de vida poco saludables asociados al comportamiento sedentario o a la falta de éste

¿Cómo podemos reducir el consumo de azúcar?

La mejor manera de reducir el consumo de azúcar es educar a la gente sobre los riesgos para la salud que conlleva.

Lo primero que hay que cambiar es nuestra mentalidad en torno al azúcar. Nos han condicionado a creer que el azúcar es una necesidad en nuestras dietas, cuando en realidad no lo es.

De hecho, la mayoría de la gente consume mucho más de lo que necesita cada día. Esto significa que tenemos que empezar a tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos, y no sólo para nosotros, sino también para nuestras familias.

El segundo paso es informarse sobre las etiquetas de los alimentos antes de comprar cualquier cosa en la tienda o en el restaurante, para saber qué cantidad de azúcar hay en cada porción.

Esto significa leer las etiquetas con atención antes de hacer la compra, para saber exactamente lo que te estás metiendo cuando compras algo con azúcares añadidos en la etiqueta.

De este modo, podrá tomar decisiones informadas sobre qué tipo de productos son los adecuados para las necesidades de su familia sin llevarse ninguna sorpresa.