Terapias con células madre contra el COVID-19: ¿Esperanza real o estafa peligrosa?

En un mundo marcado por la incertidumbre, la desesperación a menudo lleva a los más vulnerables a buscar soluciones milagrosas. En ese contexto, un estudio publicado en la revista 'Stem Cell Reports' ha arrojado luz sobre una alarmante realidad: 38 empresas con clínicas en diversos países, entre ellos Estados Unidos, México y España, están involucradas en la comercialización directa al consumidor de supuestos tratamientos con células madre y terapias de exosomas, destinados a prevenir y tratar el Covid-19.

Sin embargo, es fundamental destacar que estas intervenciones no cuentan con la aprobación de los organismos reguladores nacionales y carecen de pruebas sólidas que respalden su seguridad y eficacia.

Un peligroso engaño a pacientes desesperados

El análisis realizado por expertos reveló que la mayoría de estas empresas promocionan sus productos como soluciones para el Covid persistente, así como para los síntomas asociados, como la confusión mental y la fatiga, que afectan a algunas personas que han sobrevivido al virus.

Los pacientes que buscan en línea tratamientos, especialmente para el Covid prolongado, deben ser extremadamente cautelosos con las tácticas de marketing que minimizan los riesgos y hacen afirmaciones engañosas sobre los posibles beneficios.

Este es un punto de alerta planteado por Leigh Turner, profesor de bioética de la Universidad Irvine de California (EE.UU.), y autor principal del estudio. La angustia que enfrentan los pacientes que siguen sufriendo los efectos del Covid-19 los hace particularmente vulnerables a las estrategias de marketing persuasivas y engañosas.

Historia de estafas y peligro

Además de los riesgos médicos y psicológicos que conlleva el uso de estos productos, muchos de ellos tienen un precio elevado. De acuerdo con el análisis, los costos de estos supuestos "tratamientos" oscilan entre $2,950 y $25,000. La promesa de alivio puede convertirse en una trampa económica, con pacientes desesperados arriesgando miles de dólares.

Aún más preocupante es el hecho de que muchas de estas empresas operan en un mercado en constante cambio. Algunas empresas dejaron de comercializar sus productos después de recibir cartas de advertencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) o de la Comisión Federal de Comercio. Otras, en un juego de gato y ratón, han logrado evadir la detección de los organismos reguladores.

Un mercado global de engaño

El alcance de esta problemática trasciende las fronteras. De las 60 clínicas operadas por estas empresas, 24 tienen su sede en los Estados Unidos, 22 en México, y otras están ubicadas en diversos países, desde las Islas Caimán hasta Emiratos Árabes. Este fenómeno es un recordatorio de la necesidad de una regulación efectiva a nivel global para combatir estas prácticas fraudulentas y proteger a los pacientes vulnerables.

Es imperativo que la sociedad se mantenga alerta frente a estas estafas disfrazadas de soluciones milagrosas. La desesperación no debe cegarnos ante la importancia de buscar tratamientos respaldados por evidencia científica. Solo a través de la investigación rigurosa y la regulación adecuada podremos garantizar la salud y el bienestar de aquellos que continúan luchando contra las secuelas del Covid-19.